Hoy he disfrutado del último de los regalos de Reyes 2011 que me quedaba por disfrutar. He tenido la oportunidad de conducir/pilotar un Ferrari F430 Spider F1 en circuito. Ha sido en el Jarama, circuito que ya conocía tras haber dado algunas vueltas con 2 coches distintos anteriormente. Si bien es cierto que esas vueltas las di hace mucho tiempo, todavía recordaba cómo se trazaban las distintas curvas, lo que me ha servido para disfrutar más si cabe de la experiencia.
La jornada ha sido corta pero intensa. Todo empezó a las 07:00h cuando sonó el despertador. Fito y los Fitipaldis nos han despertado al ritmo de ‘Antes de que cuente diez’. Tras un ‘adecentamiento time’ hemos bajado a la calle donde a las 07:45h han aparecido, puntuales cual reloj suizo, Diego y Olga, que iban a acompañarnos durante la jornada.
Tras llegar al circuito a las 08:15h y hacer la correspondiente cola para la validación del bono-regalo, hemos tomado un pequeño piscolabis. Después nos han indicado algunas normas propias del evento y me ha tocado esperar para la primera toma de contacto con el trazado del circuito. Los participantes en el evento íbamos subiendo en grupos de 4 a un Hummer H2 negro, en el que uno de los monitores nos daba una vuelta comentando cada una de las curvas.
Una vez completada esta vuelta de reconocimiento, llegaba la hora de la verdad: Montarse en el Ferrari F430 Spider F1.
La salida desde boxes fue tranquila, sin brusquedades. Como todos los monitores estaban comunicados por radio, el que me acompañaba me indicó que venía un coche en la recta principal antes de que pudiera verlo, así que le dejamos paso antes de abrirme hacia la izquierda para tomar la primera curva. Ya ahí me di cuenta de que ‘aquello’ no tiene nada que ver con un coche de calle normal y corriente. ¡Cómo frena! Me tocó volver a acelerar un poco antes de llegar a la curva, con eso lo digo todo.
La dirección es muy directa y rápida, con lo que nada más apuntar hacia el interior de la curva ya estábamos allí. Aceleración progresiva y a por la segunda. Suelto un poco y tiro el coche a la derecha de nuevo. En la curva el coche ni se mueve, se pega al asfalto como si fuera Loctite, efecto que se acentúa en la curva 3, cerrada a izquierdas y en la que empecé a acelerar un poco antes que en las otras 2. Perfecto. El coche se lanza hacia la curva 4 y decido frenar un poco más tarde de lo que marcan los conos que la organización ha puesto para señalizar los puntos de frenada. El F430 tiene tal capacidad de deceleración que diría que hasta lo agradece. Y yo ni os cuento 😉
A la salida de la curva 4 acelero para ver hasta dónde dan de sí los 490 CV del italiano. Llego a la curva 5, levanto un poco el pie para tomarla y sigo acelerando hasta las 8000 rpm, momento en el que decido subir una marcha mientras vuelo subiendo la ‘Rampa Pegaso’. ¡Qué empuje tiene! No sé a qué velocidad he llegado a ir, pero en ningún momento he tenido la sensación de ir descontrolado o con el coche fuera de sitio, el aplomo es brutal.
Las curvas 6 y 7 son muy rápidas, casi parecen una chicane alargada, prácticamente inexistente, pero es mejor trazarlas bien para prepararse para la frenada de la 8. Bajas 2 marchas mientras frenas y “p’adentro”. La curva 9 la he tomado acelerando antes de llegar a una de las frenadas más fuertes del circuito, si no la que más: Bugatti. Recuerdo que al frenar en Bugatti con uno de los otros coches con los que he rodado ahí, este se descolocaba un poco. Al Ferrari ni se le ha pasado por la imaginación. Él ha mantenido el tipo sin despeinarse.
A la salida de la curva el monitor ha debido ver que iba ‘alegre’ pero que sabía lo que hacía, así que me ha instado a darle “¡Gas, gas, gas, gas!” y claro, no le iba a decir que no 🙂
Gas a fondo pues mientras subíamos hacia las curvas 11 y 12, última frenada fuerte para trazar la 11 a derechas, abrirse un poco, hacer lo mismo con la 12 y salir acelerando de nuevo para tomar la 13 y última, esta acelerando para entrar a la recta de meta. Y aquí se acabó la vuelta, tocaba entrar de nuevo al pit lane para dejar el coche al siguiente participante.
¿Impresiones? Que es una experiencia increíble y que una sola vuelta se queda muy corta. En definitiva, que habrá que volver, esta vez para dar más vueltas y poder sacarle el jugo al coche, porque da para esto y para mucho, muchísimo más.
Tan sólo me queda agradecerles a Diego y a Olga que nos acompañaran a Alma y a mí en este día en el que he podido cumplir uno de mis sueños: pilotar un Ferrari en circuito.
PD: Aparte de acompañarnos también se dedicaron a sacar fotos, unas pocas de las cuales adornan este post, y un precioso vídeo que quedará convenientemente resguardado de miradas indiscretas 😛
Muchísimas gracias, chicos 😀
PD2: Y por supuesto, gracias también a SS.MM. Los Reyes Magos de Oriente, sin cuya colaboración no habría sido posible la realización de este post, por razones obvias 😀
1. La azafata está como un queso. Espero que le hayas pedido el número de teléfono para mí.
2. Es un regalazo el que te han hecho. Me alegro muchísimo por ti y espero que lo hayas disfrutado.
3. Las fotos que hizo Diego están muy chulas. Lástima no haber estado ahí para afotarte; nos hubiéramos juntado unos cuantos. 😛
1. Había azafatas más guapas, aunque te parezca mentira.
2. El regalo es la leche, una experiencia muy recomendable, sobre todo para gente a la que le gusta tanto la conducción como a mí. Y gracias!! Lo he disfrutado un montón!!
3. Sólo podía llevar a un número reducido de acompañantes. Si no, habríamos acaparado el pit lane 😉
1. Si por eso te dijo Ernesto que estarías como loco…
2. Él lo disfrutó, pero el instructor no sé yo 😛
3. Las fotos están normalitas, me salvó que había bastante luz y el 100-400, que siempre es muy socorrido, jeje.
@Bitxote y yo nos alegramos muchisimo del día tan bueno que has pasado. Pediremos a sus MM los Reyes Magos que otro año traigan el “regalito” con más vueltas al circuito y que @Bitxote te acompañe como piloto.
Es una pena que solo fuese una vuelta. Yo di 3 con el 430 Scuderia, y te puedo asegurar que la sensación de frenar a final de recta a 250 km/h es brutal. Supongo que en otra ocasión podremos ir juntos y que nos dejen dos trastos de estos para picarnos…. jajajaja por imaginar, que no quede 😉
Un abrazo desde Gran Canaria, que volvemos pronto.
Lo que no ha contado es el desayuno posterior 😛
O que por ejemplo el instructor decidió que era momento de enfriar el coche cuando Ernesto terminó… Menudos acelerones le debió de dar, jaja.
Madrugón, pero mereció la pena, vaya que sí 😀